El Primer Endgo - primera parte

Esta semana estuvo bastante complicadita, luego de mi misión a Quantum apenas si tuve un par de días para descansar, cuando me fue asignada una nueva misión. Por suerte esta vez es en la tierra porque he de confesarles algo..., me marea eso de andar viajando por el espacio, a velocidades increíbles, a través de los agujeros negros. Ya les contaré, pero por ahora no puedo adelantarles nada porque como imaginarán esta misión es secreta y si algún Iluminote llegase a enterarse podría llegar a interferir y quizás icluso a arruinarla.

Pero sí voy a contarles un poco más de historia. Como qué fue lo que pasó después de la creación del universo por el Grä Ador.

El Primer Endgo - primera parte

Como ya saben el Creador, en un principio, creó el universo como uno sólo, donde todas las razas convivían en paz y armonía al cuidado de los Angelines, esos increíbles seres de luz, primera creación de todo lo creado. Estas fantásticas criaturas eran casi perfectas, de una belleza exuberante y de una bondad sin límites. En ellos estaban concentradas prácticamente todas las características de las demás razas: eran sabios, podía vivir sobre la tierra o bajo el mar, podían volar y cruzar el espacio como un cometa... Su función fue ayudar al Grä Ador en lo que fue la conformación de la "gran creación" y el posterior cuidado de la misma.
Con la creación al cuidado sus fieles Angelines, el Grä Ador podía dormir tranquilo... Y así lo hizo y se dedicó entonces a la construcción de su morada en este novel universo.
Eligió un lugar único en el planeta azul: una hermosa isla en uno de los grandes océanos y comenzó entonces la construcción de la que sería la ciudad más bella de todo el universo en toda la historia. Allí viviría con sus Angelines y recibiría la visita de los grandes embajadores de las siete Razas Responzables. Los edificios construidos reflejaban la grandeza de su creador, las plazas, las calles, los grandes monumentos, todos ricamente ornamentados...
El agua era el gran dinamizador de toda esta magnífica obra, a través de fuentes, canales y arroyos que cruzaban la ciudad de punta a punta, y grandes cascadas que caían de grandes alturas. La temperatura era muy agradable y los vientos jamás soplaban con fuerza por lo que en las ventanas no era necesaria la presencia de cierres de ningún tipo. Y por supuesto que no existía la maldad por lo que nadie tenía que andar cuidando sus cosas y si algo necesitabas con gusto te lo ofrecían...
Y la vegetación..., la vegetación lo dominaba todo. La raza Natural se había esforzado en serio llenando de colores, aromas y vida por todos lados. Las enredaderas trepaban enamoradas por los muros y se desarrollaban por las pérgolas. Los árboles brindaban con su follaje esponjoso, frescura y sombra, y las flores poblaban los canteros de las plazas y las calles, los grandes maceteros que coronaban las entradas de los principales edificios y aún de los pequeños que decoraban las ventanas de las viviendas más pequeñas.
La raza Animal también cooperó y criaturas de gran belleza poblaban sus árboles y sus prados, y con sus cantos y sus saltos sobre la fresca hierba completaban un cuadro de una desbordante belleza. Seres alados poblaban los cielos con plumajes multicolores y pequeños y simpáticos roedores de suave pelaje acompañaban a los caminantes en sus paseos por el campo.
Una vez que terminó con la construcción, se sentó en lo más alto de la Torre del Bien y la observó satisfecho. Desde ese momento y por siempre se conocería a su hermosa ciudad como La Atlántida...

Mientras el Grä Ador construía su morada sus creaciones hacían lo propio y grandes civilizaciones crecían a lo largo y ancho de todo el Universo. La paz y la armonía resultaban el cáliz perfecto para que esto sucediera. Las diferentes razas se ayudaban mutuamente complementándose y haciendo de las tareas más complicadas, algo fácilmente realizable. Aquellos de gran fuerza hacían los trabajos pesados con gusto mientras que los más inteligentes diseñaban con dedicación y equidad para sí y para todos los demás. Cada criatura utilizaba sus dones de forma que fuera más provechosa para el conjunto sin medir ni comparar jamás, su entrega con la de los demás. Y así fueron creciendo ciudades, las distintas razas fueron evolucionando, y fueron desarrollándose nuevas tecnologías y grandes avances en el área del conocimiento y las ciencias...
Este proceso se fue dando de igual forma en todos los planetas en los que el Grä Ador determinó que hubiera vida. En la tierra se desarrollaron grandes civilizaciones: la gran civilización del Nilo, las fabulosas civilizaciones del valle de Cuzco y de la península del Yucatán, por sólo nombrar algunas. Y también civilizaciones en lo profundo de los océanos y en los grandes bosques...
Todo era desarrollo y progreso, todo era paz y armonía y así lo fue durante un Endgo entero..., pero la semilla del rencor y la envidia comenzaba a germinar en un corazón puro, una semilla que germinaría dando un terrible fruto. Un fruto que determinaría el Sisma Terrible más grande de la historia y la conformación de un nuevo universo hasta el fin de los tiempos: el Universo de las Siete Dimensiones...!!!