Misión: Cazería en Stonehenge (1era parte)

Bitácora del 12/3/2009

Mi última misión ha finalizado, aunque no con el éxito esperado...

Como ya les había adelantado, mi última misión me mantuvo, afortunadamente, en tierra firme y el destino no fue otro que Inglaterra, tierra de leyendas y castillos, de grandes caballeros y heroicas gestas. Tierras de misterios donde la niebla parece dormir eternamente... No me extrañó la asignación ya que conozco prefectamente el país y también el idioma, pero además no hacía mucho tiempo que había estado por la isla en una misión aún más importante, y ambas se relacionaban directamente lo que hacía que fuera el más idóneo para llevarla a cabo. Aún así no pude dejar de sentir un escalofrío recorrer toda mi espina dorsal al sentir mi nuevo destino: Stonehenge y el Bosque Oscuro.

Aún repican en mis oídos los ruidos de batalla, los gritos de dolor, los aullidos de las bestias a las que tuvimos que enfrentarnos hace tan poco tiempo... Aún guardo en mi memoria el momento en que, cuando pensábamos que la batalla estaba perdida y que el universo entraría en la segunda era del caos, el más pequeño de los Andaluins portador de un poder sin igual, ayudado por sus tres increíbles hermanos, dio vuelta la ruleta del destino otorgándonos una inesperada pero a su vez incuestionable victoria... Los siete brujos vencidos y destruidos, y el equilibrio nuevamente restituído...

Pero como no nos gusta dejar cabos sueltos tuvimos que regresar a capturar a Ar Con Nut, el sirenniano, traidor a su raza, que al sentir la batalla perdida, cobardemente huyera escapando a lo profundo del Bosque Oscuro. También teníamos que liberar y tomar prisionero al brujo Black Crow que quedara atrapado por la misma naturaleza que él pretendía controlar, en lo alto de una de las piedras fundamentales del antiquísimo monolito, primer recinto de comunicación dimensional de la historia (según quedó claramente establecido)

La misión a primera vista no revestía gran peligro, pero para quién conoce el Bosque Oscuro sabe lo lejos que está eso de ser realidad. El Bosque Oscuro, permítanme iluminarlos, es un bosque mágico, más precisamente y como lo ilustra el nombre, bajo el poder de la Magia Negra. Fue el hogar de brujos y hechiceras, refugio de las artes negras durante los tiempos de la Caza de Brujas y el lugar donde antiguamente se reunían los Druidas a compartir las artes prohibidas. Todo el bosque expele un aire de maldad muy patente.

A un lugar así no se va de paseo, y un bosque como ese no te permite entrar a buscar a uno de los suyos, así como así... Pero si los Tres Hermanos pudieron hacerlo, también yo podré..., acompañado por tres guerreros de la orden Vigilakahn, por supuesto.

La misión ya nació trunca desde el principio y el primer objetivo fracasado antes de pisar la escarchada hierba que rodea al enigmático círculo de piedras. El brujo ya había sido liberado de la prisión mágica que lo mantenía prisionero, y aunque se encontrase aún por los alrededores resultaba una presa de difícil captura, aún para nosotros. Ahora, quizás, ya no sólo tendríamos que enfrentarnos a los poderes del bosque si no también a las malditas artes de un antiguo Chamán Indio. Este nuevo escenario, sin embargo, no consiguió amilanarnos, teníamos una misión que cumplir y ni siquiera nos cuestionamos la posibilidad de cambiar los planes.

Nos encontramos frente a frente con la imponencia sobrecogedora del Bosque Oscuro y en cuanto transpasamos su límite una sensación de desazón nos invadió por completo, al tiempo que unos murmullos inquietante a nuestro alrededor nos revelaron que ya no estaríamos solos en nuestro camino, aunque no fuera la compañía que hubiéramos deseado. No habíamos traspuesto más que unos metros dentro del bosque, pero cuando miramos hacia afuera ya no se veía la salida, como si nos encontráramos en el corazón mismo del bosque y su palpitar nos auguró un futuro incierto...

Por distinta informaciones conseguidas por nuestros espías y un mapa comprado a un vendedor ambulante que sirve a las fuerzas del mal pero que vende información al mejor postor, teníamos una idea bastante clara de dónde se encontraba nuestro segundo objetivo. Teníamos que llegar hasta el Arroyo Cenagoso, cuyas aguas jamás conocieron la transparencia ni la frescura, en la zona meridional del bosque. Allí, en las orillas del embalse del Druida tuerto se supone que hay una cueva que sirve de refugio para el traidor.

Nuestro camino se ponía cada vez peor a medida que nos adentrábamos más y más dentro del bosque. Las raíces de los árboles, como manos malditas, se abrían en el suelo haciendo difícil el caminar. Y las ramas, cada vez más bajas y tupidas nos obligaban a tener que andar agachándonos para poder continuar. Ramón, uno de los guerreros Vigilakahn recién consagrado, un joven aún sin experiencia de origen peruano, fastidiado por la dificultad, desenvainó su espada y antes de que pudiéramos detenerlo comenzó a cortar las ramas que impedían su paso. Inmediatamente se escuchó un grito escalofriante de dolor y todo el bosque pareció estremecerse... Nunca cortes las ramas de un árbol oscuro porque tienen la mala costumbre de devolver el golpe...

Enseguida los árboles cobraron vida y comenzaron a atacarnos, y entonces ya no nos quedó más remedio que defendernos. Con nuestras espadas cortábamos los apéndices con hojas que intentaban golpearnos. Un golpe a la derecha y dos a la izquierda..., nuestras espaldas comenzaron a buscarse para conseguir protección y pronto los cuatros formábamos un bloque erizado de espadas que se defendía sin descanso ante el ataque de cientos de ramas. Pero no íbamos a poder aguantar mucho tiempo más, eran míles de ramas y parecía que a cada una que cortábamos surgían diez mas. Entonces recordé lo que los Tres Hermanos me habían relatado de su paso a través del bosque Oscuro. Aunque entre mis poderes, no figura el rayo de luz de Tomás, sí tenía en mi poder una arma sustituta: tomé una de las ramas cortadas, arranqué la manga de mi camisa e hice una antorcha que prendí enseguida. Como si se hubiera tratado de un hechizo el ataque culminó y el murmullo se sintió ahora temeroso. Cuando arrimaba el fuego a una rama ésta se alejaba temblando. No en vano el fuego es el peor enemigo del bosque... Mis compañeros hicieron a su vez sus propias antorchas y ahora ayudados por el fuego nuestro camino se hizo mucho más fácil. El bosque parecía vencido...

Alguien golpea... debo dejar de escribir... pero prometo terminar mi relato muy pronto.

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